viernes, 18 de octubre de 2013

Chico Malo

Era un chico malo disfrazado de ejecutivo. Llevaba la cabeza rapada y debajo de sus cejas gruesas, asomaban un par de pícaros ojos azules que contaban historias que seguramente, habían hecho a más de alguna sonrojarse.

Fue mientras contaba una de esas cuando yo lo conocí. Hablaba fuerte y sonreía, parecía que con cada palabra revivía los buenos momentos. Dijo que en Centroamérica se la había pasado 'la raja', una expresión que quizá, solo comprenden los santiaguinos, pero que en español significa ¡genial!.

Dijo que no comprendía lo que pasaba, dijo que las centroamericanas estaban locas, dijo que con solo escucharlo hablar las tenía en la cama, dijo que se había acostado como con tres en la misma noche, dijo que le había ido mejor que en Colombia y todo eso, lo dijo con una sonrisa en los labios y otra en los ojos.

Yo lo escuché contar sobre su accidente de moto, lo escuché contar las curvas de cada chica con la que había estado, lo escuché hacerlas jadear, lo escuché vuelto loco. Y luego, lo vi irse con sus historias, sus ojos y su sonrisa.

Era un chico malo. Y me hizo sonrojar.

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