And did you exchange A walk on part in the war For a lead role in a cage?
No, para nada quisieras que estuvieras aquí, pero me interrumpió una estrofa de la canción mientras estudiaba y me acordé de ti. Es más, siento que es un insulto a Pink Floyd que siquiera tres líneas te las dedique, ese grupo debe de ser dedicado a grandes hazañas y hombres con carácter.
Después de escribir "Truculencia Perdida" pensé que ya nunca más te hablaría, menos nos volveriamos a ver, pero allí estabamos, como una prueba más que a la vida le gusta reirse de las caras de sorpresa de los humanos al ver como ella gira sin (aparente) sentido.
El caso es que en mi búsqueda de la libertad decidí vender mi negocio. Entre más rápido mejor. Me acordé de ti y tu negocio. Te escribi un mensaje por Facebook. Contestaste inmediatamente. Para evitar confusiones inmediatamente expliqué mis razones. Te dio curiosidad y me pediste una explicación más detallada de mis porque. Mientras te la escribía me interrumpiste para decirme: "No, pará, quiero escucharte en vivo. Extraño verte hablar con emoción, me gusta eso de ti". Suspire, así que vuelves a decirme las cosas que te gustan de mí por internet, a ver si esta vez también lo haces en vivo.
Llegamos puntuales al almuerzo de negocios. Mientras te veía intentaba buscar sentimientos del pasado. No encontré, supongo que murieron y su fuerza se hizo polvo. Mientras te observaba miraba cómo el tiempo no te ha hecho favores, estabas más calvo y mucho más gordo. Bien sabes que nunca me he guiado por las aparicencias físicas, pero tu lenguaje corporal denotaba un paso más inclemente del tiempo, tu espíritu sigue decaido.
Mientras contabas tus dificultades en tu negocio empece a ver que estos años separados no te han traído prosperidad económica, pero veías la transferencia del negocio como una gran oportunidad. Perfecto, ambos ganabamos.
Hablamos mucho ese día, noté que ya me es más fácil entenderte, leerte entre líneas, no provocaste ningún sentimiento. Vi de manera más evidente tus características que hace 4 años me llevaron a alejarme de ti. La experiencia me hizo felicitar a mi yo de 22 años.
Ese mismo día me escribiste en la noche un mensaje contándome cómo te iba en el trabajo. Lo ignoré por dos horas. Te escribí algo diplomático como para no dejar de contestar, pero con la intención de no alargar la conversación.
Nos volvimos a comunicar un par de días después, te propuse vernos en un café de un centro comercial. Otra vez volvió a salir el pasado, criticaste sin que viniera al caso, el lugar que había escogido, acusándome de "haber cambiado estos años", porque "antes no hubieras escogido ese lugar", te respondi con risas y preguntándote "qué, no te sentirás cómodo allí, acaso te parece muy fresa". Me respondiste que sí, que no te gustaba el lugar "por muy piqui y ya iba yo de fina". Volviste a mencionar mi "cambio". Con seriedad te dije "no he cambiado, tú nunca fuiste tan observador, nunca me pudiste leer bien, pero, crees que podes ir allí sin problemas"
Viendo la pantalla del teléfono vi exactamente qué era lo que hizo que por años yo intentara ser otra persona, tu pasividad agresividad ante detalles sin importancia de mi personalidad pero que en ellos tu veías amenazada alguna de tus inseguridades. Gustos sencillos como el anterior, ir a tomar un café colombiano, podían provocar comentarios pasivo-agresivo de tu parte y eran los que yo busqué evitar por años con el fin de agradarte. Hasta que tocaste uno que forma parte de mi columna vertebral y de allí en adelante se me cayó la venda de los ojos.
En esa reunión no llegaste solo, llegaste con tu mamá. La cual en el lapso de hora y media te tiró indirectas sobre la necesidad de que te independices, te comparó conmigo y a mí me felicito por buscar seguir mi propio camino. Me dio pena ajena.
Para no aburrirte con la historia que ya sabes, al volverte a ver respiré aliviada. Me alegre por el momento de bendición en el que decidí que no eras el indicado para mi.
Mucho ha llovido desde el 2010. He podido madurar y conocer muchos hombres interesantes. Pero quizá los hombres que más han moldeado mis gustos son esos con que demuestran pasión por vivir y por sus ideas. No hay nada más sexy (intelectualmente hablando) que ver hablar a un hombre que mezcla su masculina cabeza fría con la pasión que una convicción puede dar. Creo que hasta me he enamorado un poco de cada uno de los que convivo en el día a día, esos con los que una vez a la semana me reuno. Me gusta verlos, cada uno de ellos con su personalidad mezclan análisis frío y sin sentimentalismos con la actitud de quien sabe que la vida es para disfrutarla mientras agarran el toro por los cuernos.
En fin, años después comprendo bien la lección: contigo aprendí a reconocer quien intenta aplacar las alas de una mujer mediante pequeños comentarios poco a poco. Lo hicisite por un rato. Sali más fuerte de la experiencia.